Si pudiésemos marcar en el suelo de la ciudad las huellas de la gente, aparecería el rastro de un sinfín de caminantes en direcciones contrarias. Diferentes zapatos, diferentes caminos, diferentes ilusiones; todo ello junto sobre una imagen dibuja el retrato de una sociedad que quiere ir a todos lados pero parece caminar a ciegas hacia ninguna parte.
Este Segundo ejercicio “Disparando a ciegas” es pues mitad una ironía, mitad una metáfora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario